De camping en Riópar

Y asi fué, sin planearlo mucho ni darle más vueltas, que decidimos encontrarnos en Albacete, y, ya de paso... para dos de nosotros tener nuestra primera experiencia en un camping, en pleno Octubre, que casi no hace frío por aquella zona.... (nótese la ironía).

Salimos por la mañana, en busca del camping, lo pasamos tres o cuatro veces de largo, por aquello de hacernos con la zona, claro está... y entonces llegó la denominada "Etapa 1: Montar la tienda de campaña", entre nosotras dos, chicas almas de cántaro.
A decir verdad... creo que es algo innato, ¡se nos dio genial! En poco mas de media hora ya estaba todo listo y comenzaba la "Etapa 2: Encontrar el pueblecito de nuestro amigo"

Esto ya... nos llevó un poco mas de tiempo, paciencia y control del pánico (menudos caminos más estrechos hay por aquella zona...) pero, por supuesto que también completamos esta etapa...

Allí nos enseñó las tierras y nos invitaron a una comida-merienda que no tenía desperdicio... ¡menos aun con el hambre que llevábamos!

Y depués de todo esto... la vuelta al camping... y al primera noche allí, sin grandes altercados... ya que las sorpresas vinieron en la siguiente noche, cuando casi nos quemamos vivos... pero eso es mejor dejarlo en el olvido...

He de reconocer, que aqui mismo y tan cerquita, tenemos unos paisajes y rincones extraordinarios, con una flora espectacular que  a veces, no sabemos valorar del todo.
Visitamos entre otros sitios, la Laguna de Cotillas, también llamada Arroyofrío, una pequeña laguna formada por un embalse que desagua dando continuidad al arroyo, que mas adelante desemboca en el río Guadalimar.

JÓVENES ESPAÑOLES POR EL MUNDO

No puedo ni quiero cambiar una sola palabra de lo que he leído hoy, en un perfil de Facebook de alguno de mis contactos, amigos, jóvenes, iguales en condición y con los que comparto sin duda alguna, la misma sensación en el pecho al leer esto, entre tristeza, rabia y coraje… Y es que a algunos nos gusta irnos, lo vemos como una aventura mas, y a algunos, nos gusta quedarnos y rodearnos cada día de la calidez de la familia y seres queridos… Y, queramos o no, muchos hemos de volver a emigrar en este nuevo siglo, como ya lo hicieron los abuelos antaño… Y es que la historia, como las modas, se repiten… 
Y ahora, copio tal cual y sin modificación alguna:


"No se van en trenes con maletas de cartón pero llevan sus bienes más preciados: un portátil, un móvil de última generación regalado por un familiar o conseguido a base de una lucha de puntos sin cuartel. Suelen tomar un vuelo de bajo coste, cazado pacientemente en las redes de Internet. Se van a hacer un máster, o han logrado una mal llamada beca Erasmus que costará a la familia la mitad de sus ahorros. Otras veces van a hacer de au-pair, de auxiliar de conversación, o a cualquier trabajo temporal. La familia va a despedirlos a la puerta de embarque y mientras se alejan disimularán unos su pena y otros su incipiente desamparo. "Es por poco tiempo -se dicen-. Dominarán el idioma, conocerán mundo... Regresarán en pocos meses".

Estambul y su Mezquita Azul

Nada más salir del aeropuerto y buscar un coche que me llevara a la ciudad, pude sentir ese olor a mar, a mezcla de culturas, a nueva experiencia.

Cuando llegué a la ciudad me encontré de lleno con el caos, los coches conduciendo en todas direcciones, metiéndose por calles que parecen inaccesibles, cuestas empinadas e infinitas, llenas de adoquines que muestran la antigua belleza del barrio de Sultanahmet... y de pronto, ¡al torcer una esquina! Apareció majestuosa, impresionante, enorme.... La Mezquita Azul, también llamada por los estambulitas Sultan Ahmet Camii.

Éste es el edificio más fotografiado de Estambul, y claro, al verlo ya entiendes el por qué, cuando te deja sin palabras al vislumbrar su inmensidad y sus seis minaretes, que, si de día y como primera impresión me resultaron sobrecogedores, ni qué decir por la noche, cuando está iluminado.
Tuve la suerte de alojarme en un hostal desde cuya terraza se puede disfrutar de las vistas del mar a la derecha y la Mezquita Azul a la izquierda, incluso desde la ventana de mi habitación avistaba sus minaretes.

El nombre por supuesto, no quiere decir que sea azul, como uno de mis compañeros esperaba, pero en su interior está adornada por miles de baldosas azules procedentes de Iznik, también llamada Nicea, otra ciudad de la Región del Mármara. Son estas baldosas las que le otorgan su popular nombre.

Por supuesto, al entrar a la mezquita hay que descalzarse y cubrirse piernas y hombros, y en el caso de las mujeres, también la cabeza con un velo que allí mismo te prestan.
No hay que pagar entrada, aunque a la salida puedes dar un donativo para su mantenimiento.

 Contemplando la Mezquita al atardecer, desde la terraza del hostal

próxima parada: Estambul

En algo menos de dos semanas estaré rumbo a Estambul, la ciudad más grande de Turquía y de Europa, aunque gran parte de su territorio está en Asia... Asia y Europa, separados por el estrecho del Bósforo... estoy deseando contemplarlo.
Capital del Imperio Bizantino y del Imperio Otomano, fundada como Bizancio y llamada mas tarde Constantinopla, hasta llegar a llamarse como hoy la conocemos, Istambul.

Aunque la capital del país es Ankara, esta ciudad sigue conservando su importancia y su interés para muchos viajeros curiosos...

¡Allá vamos...!



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Recuperar el tiempo

Hace tiempo que empezó 2012, y hace tiempo que escribí por última vez...
Ahora es momento de retomar las costumbres, e intentar recuperar el tiempo perdido... Intentarlo, ya que es bien sabido que tiempo que pasa no vuelve.

Este año empezó con alguien de menos, pero mucho de más... Las metas se van cumpliendo, y los ciclos llegando a su final... Todos los caminos que recorremos nos llevan a algún lugar... A veces sabemos el destino, y a veces no... Pero el misterio y el miedo son lo que alimentan el alma del ser humano, la búsqueda y las ganas de avanzar, de crecer... Si se dan bien los pasos siempre alcanzaremos la meta, si no desistimos terminaremos por alcanzar la cima de cualquier montaña que decidamos ascender...

Siempre adelante, recordando lo bueno pero sin entretenernos demasiado, pues hay que seguir caminando...