miércoles, 29 de septiembre de 2010

Los Trolls de Noruega



En el lejano Norte, donde los vientos fuertes del mar helado dan latigazos a la costa brava, hay un país largo.
Actualmente el país está cubierto de nieve y hielo solamente en el invierno, pero hace mucho, mucho tiempo, había un glaciar milenario que cubría el país.
Cuando el clima de a poco comenzaba a cambiar, y el glaciar se iba hacia el norte, la gente que vivía al sur del glaciar, lo seguía. Se apoderaron del país, y lo llamaron Noruega. Y estos hombres y mujeres se llamaron noruegos.
Vieron que el país era muy bello, y pensaban que eran sus primeros habitantes, pero en poco tiempo se dieron cuenta que el país ya estaba habitado por montones de seres extraños que vivían en los lugares más raros.







En las montañas, y de estas habían muchas, vivían los trolls.
El jefe de todos era el Dovregubben. Algunos de los trolls eran gigantes, mientras que otros podían ser muy pequeños, y todos llegaban a ser muy viejos. Se veían solamente por la noche, o al anochecer, porque estos seres no soportaban la luz del día. Si no alcanzaban a entrar en la montaña antes del amanecer, se reventaban o se petrificaban.
Los trolls parecían humanos, pero tenían solamente cuatro dedos en las manos y en los pies. Y tenían la nariz muy larga (las mujeres usaban la nariz para remover la cazuela), eran peludos y barbudos, y todos tenían una cola que se parecía a la cola de una vaca.

Aunque parecían espantosos, en general eran buenos e ingenuos, y ocurría que los niños los engañaban. Una de sus muchas capacidades, era que podían transformarse.Ocurría  que las trolls hembras se transformaban en mujeres bellas y jóvenes. A estas las llamaban "hulder", y atraían a muchos viajeros y jóvenes campesinos que fueron llevados a la montaña por ellas. Por esto, era siempre importante mirar a las mujeres bonitas por atrás, porque las "hulder" no podían esconder la cola de vaca. También ocurría que los trolls se llevaban a pastoras bonitas, y muchas de ellas nunca salieron de la montaña.



Los trolls chicos hacían muchas bromas increíbles, y los trolls mayores podían enfadarse bastante. Por eso era conveniente llevarse bien con los trolls y los duendes. La gente trataba de evitar irritarlos, por temor a su venganza, que traía enfermedad y muerte para el ganado. En cambio, si uno llegaba a tener buenas relaciones con ellos, el ganado engordaba bien y daba mucha leche. Por eso, la gente dejaba siempre un plato lleno de comida en el granero en la nochebuena, y siempre se la comían.


Hasta el día de hoy hay muchas personas que dicen que pueden verse trolls en los bosques y en el campo, así que vale la pena tener cuidado, especialmente al anochecer. Nunca sabrás que hay allá o que se encontrará.
¡Acuérdate que los trolls te ven!