domingo, 26 de septiembre de 2010

Esta tarde de Otoño

me ha dado por recordar un lugar que se encuentra en la costa norte de Irlanda. Partiendo desde Belfast, a través de la carretera de la costa, atravesando pequeños pueblos y grandes extensiones verdes, llegamos a la llamada "Calzada del Gigante".



Esta "calzada" está formada por enormes columnas de roca negra, basalto, que tienen forma hexagonal, y también rocas con esta misma forma, que parecen los adoquines de una antigua calzada romana.




Su origen se debe a una erupción volcánica de hace millones de años, y al rápido enfriamiento de la lava, que fue lo que hizo que adoptaran esta forma.

Sin embargo, hay una leyenda que cuenta que, un gigante irlandés y otro escocés, eran enemigos y estaban siempre tirándose rocas el uno al otro, llegando a formar este camino sobre el mar, decidiéndose un día el gigante escocés a cruzar para vencer a su enemigo, pero la mujer del gigante irlandés (a quien si no a una mujer, se le podría ocurrir esto) sabiendo que su marido era más débil, lo disfrazó de bebé, así que cuando el escocés llegó y vio a ese enorme bebé se asustó pensando en cómo de grande sería entonces el padre, huyendo y pisando muy fuerte para hundir así el camino que les unía y que el otro gigante no pudiera alcanzarle jamás.









La verdad es que la formación rocosa de la "Calzada del Gigante" es muy interesante, aunque también lo son los acantilados que interrumpen la línea de costa, que no tienen nada que envidiarle.



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