viernes, 12 de diciembre de 2014

Mercadillos Navideños de Europa




Cada año por estas fechas, cuando llega el frío de verdad, cuando más pereza nos da salir de casa y más rápido caminamos por la calle para 
entrar en calor, aparece la excusa perfecta para empezar a descubrir la ciudad... bien abrigados, claro. Esta excusa son los mercadillos navideños. Y es que además de un escenario perfecto para las tradicionales compras navideñas, visitar los puestos, con sus luces y la nieve en algunos lugares, puede ser un buen motivo para organizar una escapada de postal. Desde los más tradicionales, en Praga, Viena, o Bruselas, con dulces típicos, figuritas, adornos y productos artesanales, a otros más modernos como el 'Winter Wonderland' de Hyde Park, en Londres, ambientado con espectáculos de circo, pistas de hielo y noria, la magia de la Navidad está presente en muchas ciudades europeas.
Yo he visitado algunos de ellos, como el de Viena, Praga o Bratislava, pero hay otros igualmente bonitos:

Alemania
Los mejores y más espectaculares mercadillos de Navidad se encuentran en Alemania, donde existen centenares de ellos esparcidos por el país. Su fama ha despertado el interés de millones de turistas, que acuden cada año durante las semanas de Adviento a las distintas ferias en busca de los regalos más originales. Entre todos ellos destaca el mercado más antiguo de Europa, el de la ciudad de Dresde, cuyos orígenes se remontan a la primera mitad del siglo XV.
El Striezelmarkt, nombre con el que es conocido, se extiende desde la plaza de Altmarkt, en el casco viejo de la ciudad del Elba. Una gran pirámide de 14 metros de altura y un enorme árbol se erigen por encima de sus más de 250 puestos. En ellos se puede comprar artesanía de la zona realizada en madera: räuchermänner, figuras en forma de fumador de pipa en las que se les coloca velas aromáticas, y cascanueces, y también degustar los dulces de ciruela pasa, llamados pflaumentoffel, el pan de especias, o el famoso Dresde Atollen (pastel de Navidad), acompañados de vino caliente.

Praga
Esta ciudad tiene el mercado de Navidad más romántico de Europa. La plaza Vieja luce en su centro un espectacular árbol de Navidad traído desde las montañas de Krkonose, en el norte del país, junto a un belén a tamaño natural, rodeado de casetas de madera.
Podemos adquirir objetos navideños y de decoración, adornos de paja, figuras hechas con hojas de maíz, joyas hechas a mano, artículos de cristal, juguetes de madera… Vale la pena probar las especialidades que se elaboran en los distintos puestos: salchichas, mazorcas de maíz, castañas acompañadas de ponche caliente, o el popular grog (té con ron).

Viena
La capital del Danubio se viste de gala esperando la Navidad con numerosos mercadillos. El más espectacular y famoso de la ciudad se instala año tras año en la plaza del Ayuntamiento. La popular Rathausplatz se llena de luz y de color, con casetas que ofrecen todo tipo de productos relacionados con la Navidad, y en especial tentadores elementos de decoración, repostería típica austríaca, almendras garrapiñadas, castañas y bebidas calientes, como el punch.

Budapest
El mercado de Navidad de Budapest, situado en los alrededores de la plaza Vörösmarty es peculiar y entrañable, el mercadillo acoge casetas donde comprar productos elaborados artesanalmente y típicos chiringuitos en los que degustar especialidades húngaras como el langos, que es un tipo de pan muy popular en Europa central, el strudel o las galletas de jengibre, vino Tocai, aguardiente de albaricoque y el vino caliente con especias.

Tallin
El mercado de Navidad de Tallin se ha convertido en uno de los más populares y “auténticos”, a pesar de ser uno de los más “jóvenes”. La ciudad ha conseguido crear un escenario ideal en un entorno medieval espectacular. La adoquinada plaza del Ayuntamiento reúne más de 50 puestos alrededor de un enorme árbol de Navidad. En ellos podemos adquirir desde sombreros de fieltro de lana a cuencos de madera o mimbre, pasando por pantuflas, colchas elaboradas artesanalmente, cristalería, cerámica o todo tipo de velas.
El frío y la nieve, habitual en estas latitudes, se combate con una extensísima oferta gastronómica, en la que encontramos sopas calientes, salchichas, chucrut, mazapán, frutos secos, galletas… todo ello acompañado de ingentes cantidades de vino caliente que vierten en grandes barriles.

Copenhague
Las semanas previas a Navidad el parque de Tivoli de Copenhague se convierte en un espectacular y peculiar mercadillo propio de un relato del célebre escritor Hans Christian Andersen. Centenares de árboles iluminados por miles de bombillas, decenas de casetas en las que comprar adornos navideños, productos artesanales, muñecas de madera y porcelana y, cómo no, degustaciones de especialidades locales. Destacan el vino caliente con especias junto con aebleskiver, una especie de crepes en forma de bolitas, similar a un buñuelo, condimentadas con azúcar y mermeladas.

El mercado de Navidad del Tivoli cuenta además con atractivos adicionales, como la posibilidad de patinar en el lago convertido en pista de hielo, pasear en ponis o visitar el país de los duendes.






2 comentarios:

  1. ¡Que chulos! ¡Que se lo curren y pongan uno aquí! jajaja En Alumbres van a poner uno el 4 de Enero, imagínatelo xD

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    1. Siii!! Son súper chulos... yo he visto varios y aunque me moría de frío la verdad es que habían cosas muy bonitas y algunas cosas con una pinta... mmm... Bueno, Alumbres cuando se lo propone lo peta! jaja ;)

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