jueves, 30 de septiembre de 2010

Giros inesperados

En ocasiones, cuando menos esperas que algo altere tu vida, el destino decide que es el momento de jugarte una mala pasada y te golpea con toda su fuerza en la cara. Entonces, abres los ojos asustada y miras a tu alrededor, sin entender que está pasando, y te preguntas de donde viene ese golpe y que es lo que ha ocurrido para que el mundo empiece a tambalearse bajo tus pies, y tú a hundirte y caer lentamente.

Entonces deseas desde lo mas profundo de tu ser, que se borre ese desastre, añoras tu vida anterior, tu vieja rutina, quisieras que todo diera marcha atrás... Pero eso, sabes que es imposible, que esa antigua vida es un ciclo cerrado para ti, que ya no puedes regresar ni recuperar tu mundo.

Hoy he vuelto a revivir esa sensación, ese miedo atroz... Pero, una vez más, salimos a flote, la luz del sol inunda la estancia, ciega los ojos, y volvemos otra vez a levantarnos, a caminar con decisión entre los obstáculos que la vida nos pone en el camino. 
Juntos es más fácil.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Los Trolls de Noruega



En el lejano Norte, donde los vientos fuertes del mar helado dan latigazos a la costa brava, hay un país largo.
Actualmente el país está cubierto de nieve y hielo solamente en el invierno, pero hace mucho, mucho tiempo, había un glaciar milenario que cubría el país.
Cuando el clima de a poco comenzaba a cambiar, y el glaciar se iba hacia el norte, la gente que vivía al sur del glaciar, lo seguía. Se apoderaron del país, y lo llamaron Noruega. Y estos hombres y mujeres se llamaron noruegos.
Vieron que el país era muy bello, y pensaban que eran sus primeros habitantes, pero en poco tiempo se dieron cuenta que el país ya estaba habitado por montones de seres extraños que vivían en los lugares más raros.


martes, 28 de septiembre de 2010

La soledad de los números primos

"Los números primos sólo son exactamente divisibles por uno y por sí mismos.
Ocupan su sitio en la infinita serie de los números naturales y están, como todos los demás, emparedados entre otros dos números, aunque ellos más separados entre sí.
Son números solitarios, sospechosos, y por eso le encantaban. A veces pensaba que figuraban en esa serie por error, como perlas ensartadas en un collar, y otras veces que también ellos querrían ser como los demás, números normales y corrientes, y que por alguna razón no podían. Esto último lo pensaba sobre todo por la noche, en ese estado previo al sueño en que la mente produce mil imágenes caóticas y es demasiado débil para engañarse a sí misma.

En primer curso de la universidad había estudiado ciertos números primos más especiales que el resto, y a los que los matemáticos llaman primos gemelos: son parejas de primos sucesivos, o mejor dicho, casi sucesivos, ya que entre ellos siempre hay un número par que les impide ir realmente unidos, como el 11 y el 13, el 17 y el 19, el 41 y el 43. Si uno tiene paciencia y sigue contando, descubre que dichas parejas aparecen cada vez con menos frecuencia. Lo que encontramos son números primos aislados, como perdidos en ese espacio silencioso y rítmico hecho de cifras, y uno tiene la angustiosa sensación de que las parejas halladas anteriormente no son sino hechos fortuitos, y que el verdadero destino de los números primos es quedarse solos. Pero cuando, ya cansados de contar, nos disponemos a dejarlo, topamos de pronto con otros dos gemelos estrechamente unidos.

Pensaba que ambos eran eso, dos primos gemelos solos y perdidos, próximos pero nunca juntos."


Paolo Giordano obtuvo la licenciatura cum laude en Física Teórica y en la actualidad cursa su doctorado en dicha materia. La soledad de los números primos es su primera novela.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Esta tarde de Otoño

me ha dado por recordar un lugar que se encuentra en la costa norte de Irlanda. Partiendo desde Belfast, a través de la carretera de la costa, atravesando pequeños pueblos y grandes extensiones verdes, llegamos a la llamada "Calzada del Gigante".



Esta "calzada" está formada por enormes columnas de roca negra, basalto, que tienen forma hexagonal, y también rocas con esta misma forma, que parecen los adoquines de una antigua calzada romana.




Su origen se debe a una erupción volcánica de hace millones de años, y al rápido enfriamiento de la lava, que fue lo que hizo que adoptaran esta forma.

Sin embargo, hay una leyenda que cuenta que, un gigante irlandés y otro escocés, eran enemigos y estaban siempre tirándose rocas el uno al otro, llegando a formar este camino sobre el mar, decidiéndose un día el gigante escocés a cruzar para vencer a su enemigo, pero la mujer del gigante irlandés (a quien si no a una mujer, se le podría ocurrir esto) sabiendo que su marido era más débil, lo disfrazó de bebé, así que cuando el escocés llegó y vio a ese enorme bebé se asustó pensando en cómo de grande sería entonces el padre, huyendo y pisando muy fuerte para hundir así el camino que les unía y que el otro gigante no pudiera alcanzarle jamás.









La verdad es que la formación rocosa de la "Calzada del Gigante" es muy interesante, aunque también lo son los acantilados que interrumpen la línea de costa, que no tienen nada que envidiarle.



sábado, 25 de septiembre de 2010

La Leyenda de Narciso

Cuando Narciso murió, llegaron las Oreíadas, diosas del bosque, y vieron el lago transformado, de un lago de agua dulce que era, en un cántaro de lágrimas saladas.

- ¿Por qué lloras?, le preguntaron las Oreíadas.
- Lloro por Narciso, respondió el lago.
- Oh, no nos asombra que llores por Narciso, prosiguieron ellas. Al fin y al cabo, a pesar de que nosotras siempre corríamos tras él por el bosque, tú eras el único que tenia la oportunidad de contemplar de cerca su belleza.
- Entonces, ¿era bello Narciso?, preguntó el lago.
- ¿Quién sino tú podría saberlo?, respondieron sorprendidas las Oríades. En definitiva, era en tu orilla donde él se inclinaba para contemplarse todos los días.

El lago permaneció en silencio unos instantes. Finalmente dijo:
- Lloro por Narciso, pero nunca me di cuenta de que Narciso fuera bello. Lloro por Narciso, porque cada vez que él se recostaba sobre mi orilla yo podía ver, en el fondo de sus ojos, reflejada mi propia belleza.

by Oscar Wilde

 Pintura de John William Waterhouse

viernes, 24 de septiembre de 2010

Una flor mitológica, La Orquídea

La familia de las orquídeas es una de las más atractivas, bellas y originales del reino vegetal, y la segunda en cuanto a variedad de especies. Es una flor cosmopolita, que ha colonizado todo el planeta, destacando su ausencia tan sólo en la Antártida y los desiertos más áridos.

Además, esta fascinante flor, ha dado lugar a varios relatos e historias, de los cuales es protagonista, como la siguiente:

  "Orchis, hijo libidinoso de una ninfa y un sátiro, durante la fiesta en honor del dios Baco, bebió demasiado y en estado de ebriedad sedujo y violó a una sacerdotisa.
Los Dioses le castigaron a morir devorado por las fieras.
Pero sumidos en el dolor, sus padres les suplicaron que le devolvieran la vida a su hijo y éstos accedieron a condición de que Orchis en su vida futura proporcionara satisfacción a los hombres.
Así fue como devolvieron a Orchis a la vida transformado en una bella orquídea. Los griegos creían que comiéndose las flores de las orquídeas despertaban en su interior los poderes eróticos y la energía sexual del difunto Orchis."


Contemplar una orquídea deleita nuestro espíritu, lo arrastra para disfrutar de la belleza y del placer de la vida, nos llena de equilibrio interior, de máxima serenidad y paz espiritual.
Su perfume es considerado afrodisíaco y puede darnos gran capacidad de concentración, y facilitarnos la puerta de entrada a la meditación. 


Se atribuye a la Diosa Venus y son flores consideradas de un poder místico, son las flores de las Hadas, ninfas, y sílfides, y el tener una es como tener un poquito de este mundo con nosotros. 

Atrae el poder, la fortuna, la belleza, el amor y la salud a nuestro hogar... o eso dicen.

Espejo de Venus, Ophrys speculum encontrada en el monte Roldán.


Es solo mi imaginación

la que me lleva otra vez a recorrer esas calles...
donde se juntan la autenticidad y el bullicio a partes iguales...
Tal vez sea por la incomparable compañía que me sirvió de guía al recorrer esta ciudad, o simplemente porque es así de especial, pero Tánger, aún en el recuerdo se mantiene viva, y sigue pareciéndome una ciudad salida de un cuento, al más puro estilo Aladdín.

Con su medina, sus ruidosos zocos, las mezquitas con esa llamada a la oración, que daba la sensación de que el mundo se detenía por un segundo y todo comenzaba a cantar una extraña canción...

Aunque tuve la suerte de no hacer un viaje turístico, sí que conocí algunos de los sitios más famosos de la ciudad, como son el Café Hafa, hacen un té riquísimo y puedes observar el Estrecho de Gibraltar, o la Gruta de Hércules, dónde según la leyenda descansó Hércules antes de hacer su úndecimo trabajo...

Sin duda alguna, este es un buen recuerdo...

Gruta de Hércules

El fuertote de Hércules

Artesanía en el interior de las cuevas






Solazo al atardecer...



Las playas... nada que envidiar

Un par de burritos... 

Entrada del Café...


jueves, 23 de septiembre de 2010

Convención de los heridos de amor, Paulo Coelho


Es un artículo que leí hace tiempo en una revista y, casualmente, además de ser obra de mi escritor favorito, resultó totalmente acertado con mi forma de pensar acerca de este tema. Así que, aparte de bonito también me pareció bastante interesante y, digno de dedicarle los minutos necesarios para su lectura, una y mil veces:


Disposiciones generales:

A – Considerando que el dicho de que “en el amor y en la guerra todo vale” es completamente verdadero;



B – Considerando que en lo relativo a la guerra contamos con la Convención de Ginebra, (22 de agosto de 1864), que determina cómo debe tratarse a los heridos en el campo de batalla, mientras que hasta hoy no se ha promulgado ningún documento que regule la situación de los heridos de amor, muy superiores en número;


Se decreta que:

Art. 1 – todos los amantes, independientemente de su sexo, quedan advertidos de que el amor, además de ser una bendición, también es algo extremadamente peligroso, imprevisible, que puede acarrear serios daños. Por lo tanto, quien tenga la intención de amar, debe ser consciente de que está exponiendo su cuerpo y su alma a heridas de muy diferentes tipos, sin poder culpar por ello a su pareja en ningún momento, puesto que ambos corren el mismo riesgo.

Art. 2 – Una vez alcanzado por una flecha del arco ciego de Cupido, debe solicitarse inmediatamente al arquero que dispare la misma flecha en la dirección opuesta, con el objeto de no sufrir la herida conocida como “amor no correspondido”. En el caso de que Cupido se niegue a hacerlo, la Convención que en estos momentos se promulga exige del herido que de manera inmediata se arranque la flecha del corazón y la tire a la basura. Para llevar esto a buen puerto, debe evitar llamadas telefónicas, mensajes de correo electrónico, envíos de flores (siempre rechazadas), o cualquier otra forma de seducción, pues semejantes medios, si bien pueden dar algún resultado positivo a corto plazo, no resisten el paso del tiempo. La Convención decreta asimismo que el herido debe buscar sin falta la compañía de otras personas, así como debe imponerse al pensamiento obsesivo que le dice “vale la pena luchar por esta persona”.

Art. 3 – En el caso de que la herida provenga de un tercero, es decir, que el ser amado se sienta atraído por alguien que no estaba a priori en el guión, queda expresamente prohibida la venganza. En este caso, se permite el uso de lágrimas hasta que los ojos se sequen, así como algunos puñetazos en la pared o en la almohada, o reuniones con amigos donde poder insultar a gusto al antiguo(a) compañero(a), incidiendo en su perfecta falta de gusto, pero sin llegar a difamar su honra. La Convención determina que también se aplique en este caso la regla del Art. 2 que mueve a buscar la compañía de otras amistades, sólo que evitando en la medida de lo posible los lugares que la otra persona frecuenta.

Art. 4 – En lesiones leves, clasificadas aquí como pequeñas traiciones, pasiones fulminantes que no duran mucho, o desinterés sexual pasajero, debe aplicarse con generosidad y rapidez el medicamento llamado Perdón. Una vez aplicada tal medicina, no se debe volver atrás bajo ninguna circunstancia, y el asunto debe ser definitivamente olvidado, no utilizándolo jamás como argumento en una discusión o en momento de odio.

Art. 5 – En todas las heridas definitivas, también conocidas como “rupturas”, el único medicamento que tiene algún efecto se llama Tiempo. De nada sirve buscar consuelo en cartomantes (que siempre prometen el regreso del amor perdido), leer libros románticos (que siempre acaban bien), engancharse a una telenovela o cosas por el estilo. Se debe sufrir con intensidad, evitando radicalmente las drogas, los calmantes o las oraciones a los santos. En cuanto al alcohol, sólo serán permitidos dos vasos de vino diarios.

Consideraciones finales: los heridos por el amor, al contrario de los heridos en conflictos armados, no son víctimas ni verdugos. Optaron por algo que forma parte de la vida, y deben asumir, por consiguiente, la agonía y el éxtasis de su elección.
Y los que jamás fueron heridos por el amor, 
nunca podrán decir: “he vivido”. Porque no vivieron.
By Paulo Coelho



sábado, 18 de septiembre de 2010

Mi vida es cosa mía

"El lector de estas Memorias descubrirá que no habiéndome fijado un rumbo determinado, no tuve mas sistema, si tal puede llamarse al mío, que dejarme llevar por el viento que soplaba.

Empiezo por confesar que, en todo lo bueno o malo que haya hecho durante el curso de mi vida, estoy seguro de no haberme enaltecido o rebajado, y que por consiguiente he de considerarme libre.
Mis éxitos y mis fracasos, el bien y el mal que experimenté, todo ha contribuido a demostrarme que en este mundo, ya en el físico, ya en el moral, el bien deriva del mal como el mal, del bien.

Debo añadir también, que la carencia me ha resultado más peligrosa que el exceso, este último causa indigestión, pero la primera causa la muerte.
Sé que he vivido porque he sentido, y sentir me dio el conocimiento de mi existencia, se asimismo que dejaré de existir cuando haya dejado de sentir.

Mis extravíos indicarán a los reflexivos los caminos contrarios, o les enseñarán el arte de evitar los escollos.

Digna o indigna, mi vida es cosa mía y esto es mi vida."

by Giacomo Casanova

viernes, 3 de septiembre de 2010

el tiempo pasa

El tiempo pasa, hace ya 3 años, pero parece que fue ayer. Durante mi estancia de un mes en Dublín, en 2007, descubrí este lugar...

Cerca de Galway, en la salvaje costa irlandesa se levantan estas enormes paredes de piedra oscura, que desafían mirando de frente al Océano Atlántico.
Con alturas de más de 200 metros, y con un recorrido de alrededor de 8 km, lleno de recovecos, entrantes y salientes al mar, estos acantilados son un lugar que sin duda merece la pena recorrer y, que te dejan sin habla, dándonos la oportunidad de sumergirnos en el sonido del mar rompiendo contra la roca, una melodía sin igual.
Nos damos cuenta aquí de la inmensidad que nos rodea, de la belleza que posee la naturaleza y de nuestra propia fragilidad frente a ella.

En irlandés, reciben el nombre de Aillte an Mhothair, que se traduce como "acantilados de la ruina", aunque más que una ruina son una auténtica maravilla.


¡¡Cuidado!! Hay que tener precaución en algunas zonas, sobre todo cuando hacen días de lluvia y viento... ya que es fácil hacer como el amigo de la señal...y el agua parece que está fría!!